Nunca antes hubo un Programa de Voluntariado por las Artes, por eso la iniciativa del profesor Reynaldo Charres Vargas, pionero del voluntariado artístico en América Latina, marca el inicio de un nuevo camino de servicio público por el bien común, es decir de aliento, motivación y compromiso con un despertar social y mayoritario a favor de la INCLUSIÓN DE LOS VALORES, BENEFICIOS Y APLICACIONES DE TODAS LAS ARTES, desde la temprana edad y teniendo como principal escenario los propios hogares.
Esta singular misión voluntaria que va dirigida a EMPODERAR las necesidades intelectuales de los seres humanos, marca una diferencia con el voluntariado TRADICIONAL dirigido a atender demandas o necesidades materiales o físicas. Por eso, el voluntariado que pregonamos, tiene su corazón en el MEJORAMIENTO de las conductas y las costumbres familiares, y nos recuerda que los padres y abuelos tienen que asumir el rol natural de fomentar las actividades artísticas en sus descendientes, desde el nacimiento y durante toda la primera infancia.
Los padres de familia no pueden dejar ésa responsabilidad ni entregar a terceros, aquello que le asigna la Ley natural del desarrollo humano. Los sentidos humanos sólo pueden desarrollarse cuando hay estímulos apropiados, y ésa es la prédica que nos toca impulsar a todos los voluntarios en artes.