Diariamente y a través de las primeras portadas de los medios de información, somos castigados por innumerables hechos que denigran al ser humano. Guerras, migración, miseria, consumismo, crimen, enfermedades, corrupción, manipulación genética, etc, parecen ser los males dominantes que hacen desaparecer o minimizan las acciones positivas, especialmente las que tienen que ver con la propia creatividad y la inteligencia.
De otra parte, y en una suerte de ensayos: se escriben libros, se dictan leyes penales, se construyen armamentos mortales, máquinas y edificios; se fabrican alimentos artificiales, también medicamentos y drogas; pero nada de eso soluciona el problema humano de fondo como es la carencia de valores éticos y civiles.
El ser humano, no necesita de fórmulas, artificios ni inducciones extrañas, pues sólo debe descubrir el potencial que dispone en sus cerebros, y luego usarlos de la mejor manera para su satisfacción y bienestar personal como familiar. Todo lo que está fuera de uno, es puro negocio lucrativo y de sometimiento a modelos o sistemas de vida basados en leyes o necesidades artificiales.
La Comunidad Mundial de Motivadores Voluntarios de las Artes Básicas (MVA) sostiene su existencia en la necesidad de impulsar los valores humanos y civiles, primero en los espacios del hogar y luego más allá. La familia y el rol formador es sustantivo en el cultivo de hábitos que durarán toda la vida. No se puede renunciar este deber que a la vez es un derecho.
Y las artes al igual que la naturaleza, aún son las opciones más sanas para encontrar una vida saludable y con equilibrio en todas las áreas de la decisiones personales como grupales. Si no aceptamos esta verdad, tendremos muy poca esperanza de lograr una convivencia armoniosa en todos los confines del planeta.
La siembra y el cultivo de valores, se logran con las actividades y prácticas artísticas diarias, por ejemplo: equilibrio, imaginación, orden, disciplina, amor con respeto al prójimo, solidaridad, libertad de expresión, belleza, sanidad, etc.
Si los seres humanos, no conocen estas valiosas experiencias que enriquecen el mundo interior, todo seguirá manipulado por las cosas y los apetitos de la zona de confort externo, las apariencias, donde el consumismo material ejerce un dominio absoluto. (RCHV).
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